En el sector de la Preveción de Riesgos Laborales (PRL), el tema de la ergonomía suele identificarse o asociarse con el uso de pantallas y/o manipulación manual de cargas, que son conexiones naturales, debido a las normas específicas que regulan estas áreas, por ejemplo el Real Decreto 487/1997 para el manejo manual de cargas y el Real Decreto 488/1997 para pantallas de visualización. Sin embargo, la ergonomía va mucho más allá de estos dos escenarios, especialmente en sectores clave como la construcción, hostelería y transporte, donde los riesgos laborales son diversos y requieren una gestión integral.
Para micropymes y autónomos, quienes muchas veces no disponen de departamentos especializados en prevención, cumplir con la normativa puede parecer un desafío. Y aunque el uso de pantallas y la manipulación de cargas son importantes, hay otros riesgos ergonómicos que pueden afectar significativamente la salud y seguridad en el trabajo. El artículo 5.3 del Reglamento de los Servicios de Prevención, por ejemplo, permite utilizar criterios adicionales cuando no exista normativa específica, recurriendo a normas internacionales o guías del Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSHT).
Por lo tanto, los riesgos ergonómicos en sectores como la construcción no se limitan a un solo aspecto. En muchos casos, los trabajadores están expuestos a factores de riesgo ergonómicos complejos, desde posturas forzadas hasta movimientos repetitivos, que requieren una evaluación detallada y métodos específicos de valoración.
Un error común en la gestión de la ergonomía es aplicar soluciones estandarizadas que no consideran las particularidades del trabajo. El riesgo aquí es que, al no ajustar las medidas a la situación real, se termina implementando planes de acción que no son efectivos y que, en algunos casos, pueden generar nuevos riesgos. La evaluación de los riesgos ergonómicos debe ser un proceso dinámico y específico, en el que se elijan las herramientas y métodos adecuados según la actividad laboral.
Para las micropymes y autónomos en sectores como la construcción, hostelería y transporte, Laboral Group se convierte en el aliado estratégico perfecto para gestionar estos riesgos. Sin departamentos especializados que se ocupen de la ergonomía o la PRL, confiar en un experto externo como nosotros no solo asegura el cumplimiento normativo, sino también la optimización de recursos.
En Laboral Group, evaluamos los riesgos ergonómicos desde un enfoque personalizado, adaptando cada intervención a las necesidades específicas de tu negocio. Desde la aplicación de métodos cualitativos en empresas más pequeñas hasta estudios complejos en empresas de mayor tamaño, nuestro equipo de expertos te ofrece la seguridad de que estás cumpliendo con todas las normativas y protegiendo a tu equipo.
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