El mundo laboral se encuentra en una encrucijada: por un lado, el compromiso de los empleados a nivel global ha aumentado significativamente, pero por otro lado, el estrés laboral también ha alcanzado niveles récord. Este panorama, aunque a primera vista parece contradictorio, revela una realidad compleja que merece un análisis profundo.
El aumento del compromiso, según el estudio, se debe principalmente a un incremento en las regiones del sur de Asia, América Latina y el Caribe. En contraste, Estados Unidos y Canadá, a pesar de tener un alto nivel de compromiso, también presentan un aumento considerable del estrés laboral.
Europa, por su parte, se posiciona como la región con el menor compromiso de los empleados y, paradójicamente, con uno de los niveles de estrés más bajos.
¿Cómo explicar esta aparente contradicción?
Una posible respuesta radica en la calidad del compromiso. Si bien un alto porcentaje de empleados se sienten comprometidos con su trabajo, esto no necesariamente significa que estén satisfechos o que su entorno laboral sea saludable.
El estrés, por otro lado, parece estar estrechamente relacionado con la precariedad laboral, la falta de autonomía y la sobrecarga de trabajo. En este sentido, los empleados remotos e híbridos, a pesar de reportar un mayor compromiso, también experimentan niveles de estrés más elevados, lo que podría ser consecuencia de una vida laboral menos estructurada o de una mayor presión por demostrar su productividad.
¿Qué se puede hacer para abordar esta situación?
El estudio destaca la importancia de la gestión eficaz en la fuerza laboral remota e híbrida. Establecer una comunicación regular y significativa con los empleados, enfocándose en el reconocimiento, la colaboración, los objetivos y las fortalezas, puede ser una herramienta fundamental para reducir el estrés y fomentar un compromiso genuino.
En definitiva, el compromiso y el estrés laboral no son dos variables independientes, sino que se encuentran estrechamente interconectados. Las organizaciones que buscan crear un entorno laboral saludable y productivo deben enfocarse en ambos aspectos de manera simultánea, promoviendo un compromiso genuino y abordando las causas del estrés laboral.
Solo así se podrá alcanzar un equilibrio real en el mundo laboral del siglo XXI.
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