Las nuevas tecnologías, los nuevos modelos de contratación, la incertidumbre en el mercado laboral y el exceso en la carga de trabajo, son algunos de los factores de riesgo que más preocupan a las personas trabajadoras en España.

La Comisión Europea ya ha alertado sobre los efectos psicológicos adversos que producen estas circunstancias, como por ejemplo, el estrés, la ansiedad o la depresión. El organismo recalca que la prevención de riesgos laborales no debe centrarse únicamente en la reducción de accidentes de carácter físico, sino que, deben incluirse las circunstancias que afectan al plano psicosocial de las personas trabajadoras.

Deficiente cultura preventiva

No son pocas las empresas que desconoces como aplicar la disciplina psicológica en sus empresas, ya que se centran en aplicar los requisitos mínimos como una encuesta de clima laboral.

Desde el 2021, la Inspección de Trabajo y Seguridad Social, aplica un Criterio Técnico sobre riesgos psicosociales, el CT104/21. Con este Criterio, se pretende homogeneizar la función inspectora y reafirmar la obligación de las empresas para la protección de las personas trabajadoras contra los factores de riesgo psicosociales.

El lastre del estrés laboral

El riesgo psicosocial que más afecta hoy en día a las personas trabajadoras, es el estrés laboral, aunque existen otros, como la violencia y el acoso en el trabajo. La aparición o no de estos riesgos dependerá de cómo cada organización gestione los factores desencadenantes de estos riesgos:

1. 1. Las medidas en origen, son el sistema prioritario para la eliminación o reducción de la exposición al riesgo, que modificarán los estresores en el entorno de trabajo y empresa.
2. 2. Las medidas para mejorar la resistencia de personas ya expuestas, sirven como sistema de protección frente a situaciones potencialmente estresantes.
3. 3. Las medidas con actuaciones terapéuticas, se plantean sobre personas ya expuestas que necesitan un nivel de protección alto, e incluso, de curación por los efectos provocados en la persona.

En conclusión, la empresa debe involucrarse en la promoción de la salud entre las personas trabajadoras de su entorno, aportándole herramientas para la detección temprana de factores de riesgo, así como, crear una cultura preventiva dentro de la misma.

Fuente: INSST, revista "Prevención Castilla y León" nº 17