Si cogemos directamente la ley a Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales, en su artículo 20 leeremos: “el empresario, teniendo en cuenta el tamaño y la actividad de la empresa, así como la posible presencia de personas ajenas a la misma, deberá analizar las posibles situaciones de emergencia y adoptar las medidas necesarias en materia de primeros auxilios, lucha contra incendios y evacuación de los trabajadores, designando para ello al personal encargado de poner en práctica estas medidas y comprobando periódicamente, en su caso, su correcto funcionamiento. El citado personal deberá poseer la formación necesaria, ser suficiente en número y disponer del material adecuado, en función de las circunstancias antes señaladas. […]”. Es decir, en la empresa, siempre debe haber personas trabajadoras, formadas y en un número suficiente, como para poder socorrer a sus compañeros en caso de catástrofe.

¿Qué es el Socorrismo Laboral?

El socorrismo laboral, son las medidas que debe imponer el para garantizar la asistencia primaria a una persona trabajadora accidenta en caso de emergencia.

El socorrismo se basa en 4 puntos:

• Designación del personal encargado de poner en práctica las medidas en materia de primeros auxilios, lucha contra incendios y evacuación de los trabajadores.
• Comprobación periódica del correcto funcionamiento de estas medidas adoptadas.
• Organización de las relaciones que sean necesarias con servicios externos (policía, ambulancia, bomberos…) para garantizar rápida y eficaz actuación.
• Formación adecuada del personal, tanto en número suficiente, así como disponer de material adecuado.

¿Cuál es la figura del socorrista? ¿qué formación deben tener los socorristas designados?

La figura del socorrista, es la de la persona trabajadora de la empresa, sin formación sanitaria, designada por el empresario para realizar la asistencia a cualquiera de las personas trabajadoras de a empresa que hayan sufrido un accidente o estén en una situación de emergencia.

a) Básica: para poder actuar ante situaciones en las que no se pueda esperar a los equipos médicos. Por ejemplo, si un compañero sufre un ataque al corazón, se debe comenzar a realizar un masaje cardíaco, o si el espacio de trabajo dispone de un desfibrilador automático, como nuestros corazones azules, deberá saber manejarlo.

b) Complementaria: este tipo de formación permitirá al socorrista actuar ante situaciones tales como hemorragias, fracturas o heridas, evitando agravarlas y manteniéndolo al accidentado estable hasta la llegada de los sanitarios.

c) Específica: esta formación deberá ser ‘ad-hoc’ a los riesgos intrínsecos a la actividad laboral de la empresa. Por ejemplo, si hay riesgo químico, el socorrista deberá saber actuar ante quemaduras, salpicaduras, incendios, explosiones, etc.

Consejos para los socorristas designados

 - Mantener la calma en todo momento.

- Evitar aglomeraciones del resto de compañeros en la zona donde está el accidentado.

- Tener la mente clara y dominar la situación.

- ¡No mover al accidentado!, a menos que sea necesario.

- Examinar al accidentado y valorar si su vida está en riesgo.

- Tranquilizar al accidentado.

- Evitar que al accidentado le baje la temperatura corporal.

- Avisar y activar urgentemente el sistema de emergencia de la empresa.

- Si es necesario, trasladarlo de manera adecuada y en el vehículo apropiado, hasta el hospital más cercano.

- ¡Nunca automedicar al accidentado!

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Fuente: Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo